Las pieles grasas se caracterizan por el aumento de la seborrea (grasitud) debido a una mayor secreción de un material graso llamado sebo sobre la superficie de la piel.
Las glándulas sebáceas, encargadas de producir este sebo, se encuentran en mayor porcentaje en determinadas áreas de la cara y el cuero cabelludo, y es por eso que estas zonas son las más grasas.
El exceso de grasitud se localiza principalmente en la frente y la nariz. La piel grasa es más gruesa y su brillo es extremo. El sebo acumulado en la superficie de la piel dilata los poros y predispone a la aparición del acné.
Por qué ocurre?
La actividad de las glándulas sebáceas depende de la acción de las hormonas llamadas andrógenos. En general cuando existe más grasitud en la piel (hiperseborrea) existe una respuesta exagerada de las glándulas a la acción de estas hormonas. En algunos casos es preciso hacer un análisis de sangre para evaluar las hormonas.
Si bien el factor hereditario es relevante, ciertos factores externos como el estrés, el cigarrillo y algunos cosméticos pueden empeorar el cuadro.
Las glándulas sebáceas hiperactivas producen sebo en exceso. El sebo se acumula en la superficie de la piel dando un aspecto brillante permanente y localizado. Esto genera la obstrucción de los poros, y la aparición de puntos negros y granitos.
No existe relación entre la alimentación y el exceso de grasitud en la piel; si bien estudios recientes indican que ciertos carbohidratos que elevan rápidamente el azúcar en la sangre pueden ser responsables de ocasionar el acné.
Existe un tipo de piel grasa especialmente sensible que se irrita fácilmente, enrojeciéndose y descamando a menudo, que debe tratarse de modo distinto.
Cómo controlar la grasitud de la piel?
Para mejorar la oleosidad del rostro es necesario seguir una serie de cuidados.
Se recomienda una limpieza del rostro por la mañana y otra por la noche con productos que remuevan el exceso de gratitud, las células muertas y otras impurezas pero que no alteren los componentes naturales de la piel. Los productos demasiado agresivos como pueden ser ciertos jabones, pueden irritar y provocar un efecto rebote engrasando más la piel.
Todos los cosméticos, cremas y maquillajes que se utilicen deben ser libres de aceite (“oil free”). La textura de estos es no comedogénica, es decir que no dejan residuo graso sobre la piel.
Si bien el sol puede secar la piel en un inicio, posteriormente empeora notablemente la gratitud y las imperfecciones, es por eso que deben utilizarse siempre protectores solares oil free y de consistencia fluída.
Existen diferentes tipos de tratamientos que el dermatólogo puede indicar para mejorar la piel grasa, eso dependerá de la piel del paciente y de la época del año.
El dermatólogo indicará tratamientos locales, geles de limpieza, serums, cremas geles con productos como tretinoína, ácido mandélico, peróxido de benzoílo, niacinamida, etc, según el caso. Como complemento se realizarán limpiezas de cutis para reducir los comedones y puntos negros. Las mismas deben ser realizadas por cosmiatras con experiencia que evalúen la piel del paciente y utilicen todos productos adecuados según cada caso.
El dermatólogo puede también realizar ciertos peelings, microdermoabrasiones con punta de diamantes o tratamientos con luz pulsada intensa de acuerdo a las necesidades de cada piel. Cuando la seborrea es muy intensa se pueden recetar ciertos comprimidos como isotretinoína en dosis muy bajas (se deben realizar análisis de sangre previos y durante el tratamiento) o antiandrógenos.
Si sentís que tu piel genera más sebo que lo habitual, si tenés granitos o puntos negros a menudo, entonces debés consultar al dermatólogo para que evalúe tu piel y te indique el tratamiento más adecuado.