Si queres mejorar el estado de tu piel, o tenes manchas, arrugas, cicatrices o simplemente queres verte mejor, a continuación encontrarás una guía para ponerte al tanto de los diferentes tratamientos dermatológicos que realizamos.
La gran experiencia adquirida a lo largo de los años en la aplicación de Botox® y Xeomin® permitió optimizar los resultados que se obtienen, de modo tal que hoy conseguimos atenuar las arrugas de expresión manteniendo la armonía y naturalidad del rostro.
Hoy la técnica de aplicación ha mejorado sustancialmente, modificándose los sitios y las cantidades de Botox® o Xeomin® que se aplican, ajustándose a las necesidades individuales de cada paciente.
Ya no se eliminan las arrugas por completo como hace algunos años, sino que se consigue relajar el rostro obteniéndose una expresión serena y natural.
En una sola sesión, sin dolor, preparación previa ni anestesia, el Botox® o Xeomin® devuelve al rostro la frescura perdida por los años. La aplicación debe ser realizada por un médico entrenado y capacitado para aplicar toxina botulínica. La misma es rápida, dura alrededor de 20 minutos; es un procedimiento no agresivo ni doloroso que se realiza mediante microaplicaciones en el consultorio del profesional, permitiendo a los pacientes continuar con su rutina normal luego de la misma. La aplicación puede realizarse en cualquier época del año.
Los resultados comienzan a evidenciarse a las 72hs, alcanzando el máximo a los 15 días y el efecto se mantiene durante cuatro meses aproximadamente. Transcurrido ese lapso se vuelve al estado original.
Los únicos recaudos a tener en cuenta luego de la aplicación, son evitar masajear o tocar la zona durante tres horas, hacer actividad física o acostarse en dicho lapso para que la toxina no se mueva del lugar correcto y se fije donde el médico la colocó.
La toxina botulínica (Botox® o Xeomin®) es una proteína de origen biológico que se utiliza para realizar tratamientos médicos y estéticos no invasivos. Actúa relajando los músculos y de esta manera suaviza las arrugas y líneas de expresión que aparecen debido a la contracción exagerada de los músculos de la cara.
El uso más frecuente es en el tercio superior de la cara, para atenuar las arrugas de entrecejo, frente y contorno de ojos (“patas de gallo”). En estas zonas el Botox® o Xeomin® es sumamente eficaz; también corrige las arrugas horizontales que aparecen en la parte superior y lateral de la nariz (denominadas arrugas de conejo o “bunny lines”).
No existen riesgos de intoxicación ya que las dosis de toxina botulínica son sumamente bajas. Si lo aplica una persona no entrenada puede conducir a la parálisis de los músculos incorrectos, por eso es fundamental que el médico que lo realice esté bien entrenado en la colocación de Botox® o Xeomin®.
Está contraindicado en personas que sufran determinadas enfermedades neuromusculares como la miastenia gravis, individuos que reciban ciertos medicamentos (penicilamina, anticoagulantes), embarazadas y en mujeres durante la lactancia.
Y por último, vale aclarar que se trata de un producto estable, que no requiere pruebas de alergia, ya que no provoca rechazo.
El acné es una enfermedad muy frecuente de la piel que afecta al 85% de los adolescentes, pudiendo perpetuarse además en la edad adulta.
Se trata de una patología que se origina por la retención de células muertas y seborrea (grasitud) dentro de los poros de la piel, los cuales se inflaman por la acción de ciertas bacterias.
En los pacientes que sufren de acné aparecen lesiones (granitos con pus y barritos) en rostro, pecho y espalda que si no son bien tratadas dejan como secuelas distintos tipos de marcas y cicatrices.
Las marcas y cicatrices por acné pueden generar mucha angustia, disminuir la autoestima y hasta causar depresión.
El acné debe ser adecuadamente tratado por el médico dermatólogo para prevenir la posibilidad y disminuir la cantidad de marcas y cicatrices.
De todas formas, si estas ya aparecieron, debe definirse el tratamiento apropiado para mejorarlas, siempre teniendo en cuenta el tipo de cicatriz y el color de piel del paciente.
Cómo atenuar las marcas del acné?
El acné puede provocar diferentes tipos de cicatrices que se tratan de modo diferente.
Las marcas pueden ir desde manchas (máculas), cicatrices circulares distensibles (rolling scars), cicatrices rectangulares (boxscars), cicatrices menores a 2 milímetros, cicatrices muy profundas, y cicatrices sobreelevadas de gran tamaño (queloides).
En base al tipo de marcas y su antigüedad, el dermatólogo definirá el tratamiento a realizar. La mejoría oscilará según cada caso entre un 30% y un 70%.
Las técnicas que se utilizan varían según la forma y antigüedad de las cicatrices. A continuación un detalle sobre los diferentes tratamientos que se realizan para mejorar las distintas marcas:
Para tener en cuenta:
A lo largo de los años la piel va perdiendo el colágeno natural, y empezamos a notar la falta de tonicidad.
Para recuperar la firmeza perdida, el tratamiento con Radiofrecuencia Pentapolar resulta lo más novedoso en medicina estética.
Se trata de una tecnología de avanzada que actúa a diferentes niveles de profundidad de la piel calentando el tejido de forma controlada, produciendo nuevo colàgeno que a su vez reproduce las fibras, mejorando la circulación local y promoviendo la reabsorción de toxinas y fluidos. Es asì como se tonifica la piel sin necesidad de recurrir a intervenciones quirúrgicas o tratamientos invasivos.
Estos novedosos equipos combinan en la misma sesión los beneficios de la radiofrecuencia monopolar y bipolar, actuando simultáneamente en la parte superficial y profunda de la piel y por eso los cambios resultan evidentes tanto a corto como a largo plazo.
Las características de las radiofrecuencias multipolares hacen más seguros los equipos y no requieren métodos de enfriamiento sobre la piel.
El tratamiento puede realizarse tanto en rostro como en escote. El dermatólogo debe evaluar en cada paciente el grado de flacidez para indicar la cantidad de sesiones y el tiempo de duración de cada una. El tratamiento resulta indoloro, solamente se percibe una ligera sensación de calor y es apto para realizarse durante todo el año, inclusive en el verano y en pieles bronceadas.
La limpieza de cutis es un procedimiento no agresivo ni invasivo, destinado a mejorar el aspecto de la piel, corregir la dilatación de los poros, eliminar las células más superficiales y extraer los famosos "puntos o negros” o “barritos" (en dermatología denominados "comedones") y los microquistes que se van acumulando con el tiempo.
Las glándulas sebáceas producen una sustancia grasosa llamada sebo, que se vacía en la superficie de la piel a través de los orificios de los denominados "folículos polisebáceos". Muchas veces este sebo junto con bacterias y células taponan el orificio de desembocadura de la piel, se van acumulando en los poros y forman los comedones o barritos.
El color oscuro del barrito no tiene que ver con la falta de higiene, sino que es consecuencia del depósito de un pigmento (la melanina). Si los barritos se inflaman, se convierten en granos; por eso es importante extraerlos. Sin embargo, la extracción debe realizarla un profesional, ya que la presión con las uñas puede producir la rotura del folículo, lo que puede generar a su vez inflamación y en algunos casos una cicatriz.
La limpieza de cutis es realizada por cosmetólogas entrenadas por indicación del dermatólogo. Para que sea exitosa, es importante que el médico indique durante 10 a 20 días antes de la limpieza la utilización de ciertas cremas para preparar la piel.
El procedimiento dura aproximadamente entre 50 minutos y una hora, ya que después de la limpieza se realiza un drenaje linfático facial. La limpieza cuenta con cuatro pasos: pulido, extracción, descongestión y nutrición de la piel.
El primer paso de la limpieza de cutis, la higiene cutánea o pulido, se realiza con diferentes emulsiones seleccionadas para cada tipo de piel. Luego, a fin de realizar la extracción, se aplican cremas abrasivas para eliminar las capas más superficiales de la piel y ablandar los comedones y los microquistes. Finalizada la extracción, se colocan sobre la piel lociones y cremas antisépticas; luego se aplican productos (geles o cremas) descongestivos y se realiza un drenaje linfático para que la piel quede totalmente desinflamada. El último paso es la nutrición de la piel a partir de la colocación de diferentes máscaras a base de vitaminas y colágeno.
La frecuencia e indicación de la limpieza dependerá de la decisión del dermatólogo de acuerdo a cada tipo de piel. Es importante recordar que:
La piel seca apenas tiene impurezas, suele ser tirante y tiende a la formación de escamas y arrugas. Los poros en general son poco perceptibles, la superficie de la piel luce opaca y está deshidratada.
La piel grasa se caracteriza por poros grandes y abiertos. La piel es gruesa, su superficie es húmeda y presenta una importante hidratación.
La piel mixta suele ser grasa en la zona "T" del rostro mientras en los pómulos es áspera y tirante.
Cada tipo de piel requiere un cuidado diario con productos cosméticos específicos que se adapten mejor a cada necesidad. El dermatólogo indicará en cada caso determinadas cremas y geles que disminuyan la formación de comedones y la dilatación de los poros.Es fundamental recordar que todos los productos cosméticos que se utilicen, ya sean humectantes o maquillajes deben ser "oil free" (libres de aceite para evitar la formación de nuevos barritos) e hipoalergénicos.
Para mantener un cutis sano es importante limpiar e hidratar diariamente la piel.
A lo largo del día, se van depositando en el rostro microorganismos y suciedades que perjudican la salud del cutis, creando una capa de impurezas. Por eso es necesario lavar habitualmente aunque no de forma exagerada la cara para eliminar los restos de polución y maquillaje acumulados, con emulsiones o jabones adecuados para no dañar la piel. Finalmente, una buena hidratación diaria previene el envejecimiento y aporta elasticidad a la piel.
Para tener en cuenta
Algunas sugerencias para evitar puntos negros
Las manchas en la piel del rostro tienen un impacto negativo en la vida social de mujeres y hombres que sienten por este motivo alterada su calidad de vida.
Luego del verano esas manchas se acentúan y oscurecen, constituyendo una preocupación importante en quienes las presentan.
Manchones amarronados relativamente amplios y difusos en la frente, nariz, mejillas y alrededor de la boca en dermatología reciben el nombre de Melasma.
Si bien los hombres también pueden verse afectados es diez veces más común en el sexo femenino.
Existen factores que predisponen y son responsables de la aparición de manchas: genética, exposición al sol, la luz visible demasiado intensa, el embarazo, pastillas anticonceptivas, cambios hormonales y cosméticos que irritan la piel.
En numerosos casos, sobre todo en pieles más oscuras, las manchas aparecen luego de una lastimadura, irritación o inflamación de la piel. Los dermatólogos denominamos a este tipo de reacción con el nombre de pigmentación postinflamatoria y se presenta a menudo luego de lesiones de acné, depilación, golpes o picaduras.
Cada año luego del verano los pacientes con manchas oscuras en la piel se preguntan cómo pueden mejorar el aspecto de las mismas. La respuesta al tratamiento varía según la localización del pigmento en la piel.
El melasma puede ser epidérmico (superficial), dérmico (profundo) o mixto, según la ubicación en profundidad donde se encuentre el pigmento. Cuanto más superficial esté, mejor responderá al tratamiento.
Para mejorar las manchas el dermatólogo diseñará un programa de tratamiento acorde a las características de la piel del paciente (tipo de mancha, sensibilidad y coloración de la piel).
El otoño y el invierno son las mejores estaciones para realizarlo ya que disminuye la intensidad de la radiación ultravioleta.
El primer paso es indicar protección solar o cremas hidratantes que contengan factor de protección no menor a 30, de amplio espectro (UV A y UV B) y con óxido de titanio u óxido de zinc que bloquean también la luz visible que oscurece las manchas.
Cualquier maquillaje y cosmético hidratante o de limpieza que irrite debe suspenderse ya que empeorará las manchas.
Existen distintos tipos de cremas dermoaclarantes siendo las más efectivas las de venta bajo receta. El despigmentante más utilizado es la hidroquinona que se utiliza en concentraciones que van del 2 al 4%. Para potenciar su efecto muchas veces se indica asociada a tretinoína o al ácido glicólico, siempre teniendo en cuenta la tolerancia de la piel de cada paciente.
Normalmente lleva aproximadamente tres meses aclarar el aspecto de las manchas.
El peeling químico puede ser utilizado para ayudar a aclararlas pero es recomendado sólo en pieles claras y en el contexto de un tratamiento combinado. Los más utilizados son los ácidos glicólico, mandélico, láctico y salicílico.
La luz pulsada intensa puede ser útil en los casos más rebeldes o como complemento del tratamiento. Se indica una sesión al mes y se realizan entre cinco y seis sesiones.
Los lentigos solares son manchas marrones pequeñas que aparecen en dorso de manos y en el rostro debido a la exposición solar acumulada a lo largo de los años. También se tratan en otoño e invierno con ciertas topicaciones o con algunas sesiones de láser o luz pulsada intensa.
Es importante tener en cuenta que cualquier mancha debe ser examinada por el dermatólogo para que identifique su origen y determine la mejor manera de tratarla.
Es importante seguir las indicaciones que el profesional indique, con cuidado para obtener el máximo beneficio terapéutico y evitar irrtaciones de la piel que puedan empeorarlas.
La microdermoabrasión es una técnica ideal para mantener la piel joven, suave y limpia. Se obtienen resultados similares a los de los peelings más suaves, permitiendo retornar a las actividades habituales de manera inmediata.
Es, ideal para que la piel se renueve naturalmente ayudando a eliminar cicatrices y disminuir arrugas. Es un procedimiento estético no invasivo que elimina las capas màs superficiales de la piel.
Todas las exfoliaciones tienen el mismo objetivo: eliminar las células muertas e impurezas, atenuar cicatrices y arrugas superficiales. Una de las diferencias entre los distintos métodos de exfoliación, es el grado de profundidad al que pueden llegar: algunos lo hacen sólo a nivel de la epidermis y otros llegan hasta la capa media, la dermis. La microdermoabrasión consigue cambios similares a los peelings superficiales pero de una manera menos agresiva permitiendo retornar a las tareas habituales inmediatamente.
Este es un procedimiento estético que elimina las capas exteriores de células en la piel. La eliminación de las células muertas en las capas exteriores promueve la regeneración celular, incrementando la producción de colágeno y con ello la elasticidad.
Esta técnica, fue desarrollada en Europa hace varios años, y utiliza puntas de diamante que sin dolor eliminan las células muertas más superficiales de la piel. Después del tratamiento la piel se siente y se ve más suave y uniforme. Los resultados son inmediatos: los puntos negros y blancos son ablandados para que su extracción sea más sencilla. Las cicatrices de acné y las estrías son menos visibles, los poros dilatados y líneas de expresión son menos notorios.
Este tratamiento se realiza una vez cada 10 a 15 días, dependiendo del caso para el cual fue indicado y el tipo de piel y tolerancia de cada paciente. Por lo general se indica un promedio de 6 sesiones.
Los beneficios son múltiples:
Previo al tratamiento, el dermatólogo puede indicar ciertas cremas que preparan la piel maximizando la efectividad de la microdermoabrasión. Las mismas se suspenden 48hs antes de realizar el procedimiento.
El único cuidado posterior al tratamiento, es respecto del sol, siendo muy importante la utilización del protector solar indicado por el profesional para el tipo de piel del paciente.
Si no te convence el aspecto estético de tu piel un peeling químico es una alternativa interesante para conseguir el cambio deseado.
Un peeling es un tratamiento dermatológico no invasivo ni doloroso indicado para mejorar el estado de la piel. Consiste en la aplicación de un producto químico para exfoliar y desprender las células viejas y dañadas que son reemplazadas por una nueva piel regenerada, lisa y suave, con menos marcas y arrugas.
El peeling puede ser superficial, medio o profundo, dependiendo del tipo de piel y del problema a corregir.
El dermatólogo determina cuál es el peeling más apropiado para cada paciente.
La exfoliación química de la piel se indica para lograr cambios en la textura de la piel, tratar manchas, arrugas finas, poros dilatados, y cicatrices.
Los peelings químicos consisten en la aplicación de ciertos ácidos sobre la piel. La elección del ácido a aplicar varía según lo que se necesite mejorar y el estado y tolerancia de la piel de cada paciente.
Los mismos pueden ser utilizados en las arrugas ocasionadas por el sol y el paso de los años. Los ácidos que se utilizan en estos casos son útiles para mejorar arrugas superficiales y modificar el aspecto mate u opaco de la piel. Cuando las arrugas son más profundas se pueden aplicar también sustancias de relleno como el ácido hialurónico que otorga volumen e hidrata la piel. Para mejorar las arrugas de expresión de entrecejo, frente o patas de gallo se indica la aplicación de toxina botulínica (Botox).
Los peelings también son útiles para mejorar el exceso de grasitud (seborrea) y poros dilatados, así como ciertos tipos de acné.
Para tratar las marcas y cicatrices ocasionadas por el acné pueden indicarse peelings con ácido tricloroacético, siempre teniendo en cuenta el tipo de piel del paciente. Suelen combinarse con rellenos de las cicatrices y microdermoabrasiones un tipo de peeling mecánico que se realiza con una punta de diamantes.
Los peelings dermatológicos los realiza el dermatólogo en su consultorio, habiendo previamente definido el tipo de peeling a realizar e indicado ciertas cremas que el paciente debe utilizar los días previos a iniciar el tratamiento para preparar su piel e incrementar los resultados del mismo.
El paciente siente cierta sensación de calor o picazón durante el procedimiento que cede con la colocación de máscaras y/o cremas refrescantes.
El dermatólogo indicará medidas para reducir la inflamación y humectar la piel, siendo fundamental la utilización de protección solar.
El paciente se retira con la piel eritematosa (ligeramente colorada, similar a la exposición solar), y luego de horas comenzará a percibir la descamación celular.
Los peelings se indican cada quince a veinte días, realizándose un promedio de cinco sesiones en el año.
Cuando los pacientes por cuestiones sociales no pueden tener la piel eritematosa o descamada se indican peelings más suaves y superficiales, o se elige otro procedimiento como por ejemplo la microdermoabrasión con punta de diamantes.
Las personas que padecen herpes perioral a repetición (ampollitas que aparecen alrededor de la boca causadas por un virus) deben recibir ciertos comprimidos antes del peeling.
Los pacientes que toman isotretinoína (medicamento para combatir el acné) deben esperar seis meses de haber finalizado el tratamiento antes de realizarse cualquier tipo de peeling.
Existen diferentes tipos de ácidos que se utilizan para realizar peelings. La acción de cada uno de ellos varía dependiendo del PH y la concentración a la cual se utilicen.
Ácido Láctico: se extrae de la leche, tiene propiedades hidratantes y renovadoras de la piel. Se utiliza para tratar manchas y determinados tipos de acné.
Ácido Glicólico: se extrae de la caña de azúcar. Es una molécula de pequeño tamaño que consigue buena penetración en la piel. Puede irritar. Se indica en manchas, envejecimiento y acné no inflamatorio.
Ácido Salicílico: se extrae de las hojas del sauce. Penetra con facilidad en los poros de la piel y tiene efecto antiséptico por eso es muy útil para desinflamar lesiones de acné. Ha demostrado beneficios también para tratar manchas.
Ácido Mandélico: se extrae de las almendras y tiene la ventaja de no producir tanta irritación como el ácido glicólico siendo útil para tratar manchas y acné en pieles más sensibles. Puede emplearse en pacientes con piel oscura.
Ácido Retinoico: estimula la formación de colágeno y reduce la dilatación de los poros, es útil para tratar el envejecimiento de la piel y el acné no inflamatorio.
Ácido Tricloroacético: produce coagulación proteica y síntesis de nuevo colágeno. Se indica para tratar cicatrices más profundas y pieles muy fotoenvejecidas. Debe realizarse siempre en pieles claras.
Los nuevos agentes utilizados para realizar peelings y las nuevas combinaciones de técnica permiten maximizar los resultados y minimizar los efectos adversos.
Consideramos fundamental que tu dermatólogo te explique detalladamente cuáles son los cambios que van a obtenerse en tu piel con los peelings, así como las pautas de cuidado previas y posteriores al procedimiento.
Mejorar la flacidez sin cirugía
Con el paso de los años las fibras de colágeno de la dermis disminuyen y esto repercute negativamente en la estética de la piel.
Después de los 30 años, la piel del rostro pierde progresivamente su tonicidad, se torna flácida y los tejidos descienden profundizándose las arrugas y los surcos de la piel.
La Radiofrecuencia Tripolar es un tratamiento dermatológico que utiliza la tecnología para mejorar la flacidez de la piel. Esta técnica tonifica la piel del rostro y el escote sin necesidad de recurrir a una intervención quirúrgica.
Se trata de un equipo médico que actúa calentando la piel a diferentes niveles de profundidad de forma controlada, estimulando de este modo la formación de nuevo colágeno.
El tratamiento consigue mejorar la firmeza y el tono de la piel del rostro, atenuando la flacidez y suavizando las arrugas. Además, reafirma el contorno del rostro mejorando el óvalo facial y la textura de la piel.
La Radiofrecuencia Tripolar es un tratamiento seguro y no invasivo que otorga firmeza a la piel. No resulta doloroso, percibiéndose sólo una ligera sensación de calor durante cada sesión.
La formación de nuevo colágeno continúa hasta seis meses después de finalizado el tratamiento, momento en el que se alcanzan los mayores resultados.
Es un tratamiento ideal para mujeres y hombres que comienzan a presentar flacidez cutánea y desean retardarla. Puede realizarse durante todo el año.
El Dermatólogo evaluará la piel del paciente para determinar la cantidad de sesiones que sean necesarias y el tiempo de duración de cada sesión según las características particulares de cada paciente.
En la actualidad existen numerosos tratamientos dermatológicos no invasivos que permiten rejuvenecer la piel del rostro sin la necesidad de pasar por el quirófano o recurrir a tratamientos más costosos o dolorosos.
A continuación, una descripción de los tratamientos más efectivos para suavizar las arrugas de expresión, atenuar las manchas, mejorar la calidad e hidratación de la piel y recuperar su firmeza.
Plasma Rico en Plaquetas
Este tratamiento restablece las funciones de las células cutáneas, contrarrestando los efectos del envejecimiento. Esto se traduce en una piel más joven, luminosa y con mejor textura. Es un procedimiento efectivo para atenuar las arrugas más superficiales de la piel y suavizar los surcos de modo inocuo y natural.
Radiofrecuencia pentapolar
Se trata de un procedimiento que se realiza con un equipo de última generación, la radiofrecuencia pentapolar. Esta actúa mediante un calentamiento controlado en la parte media y profunda de la piel, estimulando así la formación del colágeno que se va perdiendo con los años. El resultado de mayor firmeza en la piel se evidencia a corto y largo plazo, ya que las fibras colágenas se siguen reproduciendo a lo largo de algunos meses.
Mesoglow
Es un tratamiento muy efectivo para pieles que perdieron la hidratación natural. Mediante microaplicaciones no dolorosas en la parte superficial de la piel del rostro, el dermatólogo aplica ciertos principios activos, como el ácido hialurònico o la vitamina C, que le devuelven a la piel esa humectación que pudo perder por distintas razones como el paso del tiempo, las condiciones climáticas o no tener pautas adecuadas de higiene, entre otras.
Microdermoabrasión con punta de diamantes
Esta técnica es ideal para mantener la piel joven, suave y limpia. Ayuda a atenuar cicatrices y disminuir arrugas. La microdermoabrasión consigue cambios similares a los de los peelings superficiales, pero de una manera menos invasiva, pudiendo retomar las tareas habituales de forma inmediata.
Botox
Aunque este tratamiento cuenta ya con varios años en el mundo de la medicina estética, hoy la técnica de aplicación ha mejorado sustancialmente para obtener como resultado un aspecto natural.
Este producto se aplica en frente, entrecejo y “patas de gallo”, y ya no se eliminan las arrugas por completo, sino que ahora se consigue relajar los músculos del rostro logrando una expresión armónica.
Ácido hialurónico
Así como el Botox se encarga de mejorar el aspecto general de la piel suavizando las arrugas de la zona superior del rostro, el ácido hialurònico es la sustancia ideal para dar volumen y rellenar las arrugas peribucales y los surcos nasogenianos. Su principal propiedad es la de retener grandes cantidades de agua y amoldarse bajo la piel, por lo cual resulta un perfecto hidratante, como así también un excelente generador de colágeno. Si es bien aplicado, su efecto es natural y delicado, sin resultar doloroso ni invasivo.